Relajación de los Músculos a través de los Masajes
Todos hemos experimentado alguna vez cierta tensión o rigidez en los músculos. Esfuerzos tanto físicos como psicológicos pueden provocar que los músculos se tensionen y causen un sentimiento de dolor. Esto es debido a que un músculo tenso no es más que un músculo contraído que, por varias razones, es incapaz de relajarse y se producen espasmos o los conocidos nudos.
El estrés emocional suele ser el origen de esta tensión física ya que los impulsos nerviosos mantienen los músculos en un estado de parcial retracción; por lo tanto, podríamos afirmar que una prolongada presión psicológica y la acumulación del estrés o la ansiedad están relacionados con las tensiones y dolores físicos. De hecho, el dolor y la inflamación muscular son síntomas muy comunes que pueden ser la consecuencia de diversas enfermedades, dolencias e, incluso, causados por el ejercicio regular. Varios estudios apuntan a que este es uno de los síntomas más conocidos que provoca la ansiedad, ya que las personas con este tipo de problemas suelen sentir dolores musculares, espasmos agudos, tensiones, etc.. Si tiene alguno de estos síntomas o conoce a alguien que los tiene, creo que la información de esta entrada en el blog puede darle alguna pista de qué se podría hacer para aliviarlos.
Como ya les informé la semana pasada, mucha gente prefiere remedios naturales y se distancian de la medicina tradicional como antídoto para aliviar la rigidez y el dolor muscular. Los masajes se han utilizado durante siglos como un potente y eficaz método para aliviar el dolor muscular y promover un estilo de vida saludable. Hoy los masajes pueden ser empleados por terapeutas profesionales a través de diferentes y variadas técnicas que proporcionan un alivio natural a áreas específicas de nuestro cuerpo. Rigidez de cuello, opresión en la parte baja de la espalda, hombros adoloridos, etc. son algunas de las zonas en las que la terapia de masaje puede ayudarnos.
Además, para aquellos que practican deporte estos masajes alivian la tensión muscular y las heridas causadas por la actividad deportiva, así como previenen futuras lesiones.
Cuando los músculos se estresan, normalmente se producen adhesiones (dolores, rigidez, etc.) en los músculos, los tendones o los ligamentos. Éstas pueden bloquear el paso del oxígeno y de los nutrientes, provocando una inflamación que produce toxinas en el tejido muscular y que, entre otros problemas, produce limitaciones en los movimientos. Los masajes se enfocan en puntos concretos en los músculos y tendones, y ayudan a aflojar esas tensiones, así liberando las toxinas musculares y favoreciendo que tanto la sangre como el oxígeno circulen apropiadamente. Por lo tanto, los masajes ayudan a evitar la producción de calambres y músculos contraídos, restaurando el movimiento natural del cuerpo. Son muy efectivos a la hora de utilizarlos para reducir el dolor de la artritis, la fibromialgia e, incluso, cuando se reduce el estrés muscular, se ayuda directamente a mantener una postura apropiada y correcta.
Para terminar, me gustaría que tengamos en cuenta que todos estos beneficios a parte de otorgar una favorable sensación de bienestar y de aliviar dolores e incomodidades, ayudan a mejorar nuestra flexibilidad y la circulación sanguínea, manteniendo siempre el balance óptimo que nuestro sistema muscular y nuestro esqueleto necesitan.