Spas. Aliados fieles a la lucha contra el dolor
En un mundo tan rápido y cambiante que vivimos la solución que buscamos para aliviar el dolor es una solución rápida. Solamente hay que ver los anuncios de medicamentos en la televisión que nos prometen una mejoría casi instantánea en caso de dolores musculares o de cabeza. Las personas que sufren de un dolor crónico pueden encontrar una solución en los analgésicos. El problema es que aunque estas pastillas alivian el dolor, no acaban con la causa del dolor. Esto y los efectos secundarios de los medicamentos hacen que cada vez más personas buscan la solución en la medicina alternativa o también cada vez más gente acude a spas en busca de soluciones frente a un dolor crónico o temporal.
¿La solución está en el agua?
Ya los romanos acudían a los balnearios no solamente en busca de la relajación y de compañía, sino también para aliviar los dolores musculares. Aunque al agua se le atribuye desde hace mucho tiempo propiedades curativas, con la vida moderna eso poco a poco se quedó en olvido. Pero dado a los cambios en los hábitos de la gente y gracias a las recomendaciones de los médicos cada vez más personas vuelven a confiar en las propiedades del agua. La hidroterapia es una de las terapias más comunes que contribuye a través de la temperatura y la presión del agua a la relajación muscular. Esta terapia está indicada en caso de dolores reumáticos y dolores de espalda. También puede aliviar el dolor del hombro y cuello o los lumbares que muchas veces tienen su origen en la mala postura. Los resultados positivos de la terapia pueden durar varios meses. Pero hablando de los resultados hay que tener en cuenta un fenómeno que puede alterar la percepción del dolor, es el efecto placebo. Hay que considerar que visitar un spa y sumergirse en los tratamientos de agua, muchas veces combinados con masajes y otras fuentes de relajación es como “ir de vacaciones”. Nos relajamos, nos invade una sensación agradable de bienestar general que puede afectar la percepción del dolor y así la necesidad de tomar medicamentos contra el dolor.
La balneoterapia
La balneoterapia significa tratar las dolencias con la ayuda del agua. En diferencia a la hidroterapia que utiliza el agua corriente, en la balneoterapia se utiliza siempre el agua mineral o termal. Por su efecto sedante alivia los dolores articulares, relaja los músculos y ayuda a relajarse. Ya la simple inmersión en las aguas termales facilita la función muscular contrarrestando la sobrecarga muscular. En el ámbito de la reumatología, la balneoterapia está indicada en aquellos procesos que cursan con dolor y contractura muscular. La terapia puede incluir ejercicios dentro del agua. El calor del agua favorece a la relajación muscular y los músculos se fortalecen por la resistencia hidrodinámica. La balneoterapia es diversa, incluyendo no sólo los baños termales a diferentes temperaturas sino también puede incluir técnicas de envoltura como por ejemplo la del barro y algas. Estas envolturas, además de suavizar la piel, mejoran la circulación, alivian los dolores y molestias musculares y de los huesos. Las algas y los barros tienen innumerables beneficios para la piel y el organismo además de tratar dolencias por sus efectos, entre otros, calmante, anti-inflamatorio y remineralizante.
Masajes
La terapia de los masajes es otro punto clave en el tratamiento del dolor. Sobre todo a los pacientes con dolores crónicos de espalda puede ayudar a aliviar el dolor a largo plazo. El masaje terapéutico ayuda además a los pacientes hospitalizados con cáncer en la relajación y alivia la percepción del dolor y la ansiedad. La eficacia del masaje está basada en una simple estrategia: trabajando desde el externo mecanismo del dolor llegando hasta su raíz. Los masajistas utilizan un concepto holístico, enfocándose en el cuerpo entero y no solamente donde el paciente siente el dolor. Esto también ayuda que el paciente conozca mejor su propio cuerpo y se sienta mejor en su propia piel.
El mundo de los spas está en constante cambio y los centros van adaptando su oferta de tratamientos a la demanda de los clientes. Cada vez más gente siente la necesidad de buscar curas alternativas a dolores crónicos u ocasionales, y cada vez más gente vuelve a confiarse en las propiedades curativas del agua. Además de la terapia del agua los spas ofrecen otros tipos de tratamientos, eso hace cada vez más fácil crear un programa individual para cada persona y dependiendo de la naturaleza del dolor poder ofrecerle las terapias adecuadas.